CONSULTAS FISICAS

 Las consultas liberadoras son aquellas en las que toda persona debería tomar puesto que da la oportunidad de estar mejor consigo mismo y sobre todo dar la salud.


Estas consultas brindan la oportunidad de generar una transformación personal que da este proceso de liberación, (transformado en todos los aspectos de la persona desde lo físico hasta lo espiritual pasando por sus estados emocionales y mentales).

Logrando cambios profundos de vida y con ello giros trascendentales para su vida; incluidos procesos o cierres de ciclos de vida 

 

«...La tarea de educar, sólo será auténticamente humanista en la medida en que procure la integración del individuo a su realidad nacional, en la medida en que le pierda miedo a la libertad, en la medida en que pueda crear en el educando un proceso de recreación, de búsqueda, de independencia, y a la vez, de solidaridad.» Julio Barreiro.1976. "Educación y concienciación". En FREIRE, P.(1976).

 

Consiste en descubrir, utilizar y desarrollar todas las posibilidades que cualquier ser humano tiene para superar, liberarse o salir de una situación opresiva, injusta o insatisfactoria, ya sea que manifieste de forma clara y explícita como de forma oculta o implícita.

Para la consecución de este objetivo liberador, hay que activar lo que denomina «proceso de concientización», que no es más que un amplio y continuo conjunto de actividades de aprendizaje dirigidas a leer el mundo y a desenmascarar lo que hay de injusto y opresivo en la realidad social, o lo que es lo mismo: desarrollar una conciencia y un pensamiento crítico dotado de una potente capacidad reflexiva, explicativa y ética, que al fundirse con la acción y el compromiso, contribuyan a superar las situaciones injustas y opresivas que la realidad presenta, un proceso en suma de acción y de compromiso de reflexión analítica y de esa misma realidad antes, durante y después de la acción. 

El proceso de concientización, que es en realidad un proceso de diálogo y de lectura colectiva del mundo, un proceso de humanización en suma, tiene que tomar muy en consideración el tipo de conciencia dominante en los educandos, porque de lo que se trata es de que ellos mismos sean los protagonistas de su propio cambio, que ellos mismos sean conscientes de su forma de ver el mundo y del tipo de percepción y razonamiento que utilizan para leerlo, abriéndose a nuevas perspectivas más amplias, más explicativas y más racionales. En este sentido Freire distingue diversos tipos o estadios de desarrollo de la conciencia: la conciencia intransitiva y la conciencia transitiva  

  • Conciencia intransitiva Este tipo de conciencia se corresponde con un tipo de percepción ingenua e incompleta de la realidad y de sí mismo, en cuanto que al individuo no solamente se le escapan muchos fenómenos, sino que al no saber conexionarlos o referirlos a grados de contradicción superior, se manifiesta incapaz para establecer relaciones causa-efecto por lo que sus explicaciones son mágicas, míticas, fanáticas e impregnadas de emotividad, rasgos que se unen con bastante frecuencia, al elemento religioso o mítico o que aglutina y sacraliza las contradicciones. 

En este estadio de desarrollo de la conciencia, los objetivos existenciales se centran en la vida vegetativa, el vestido y la comida, por lo que la conciencia se presenta completamente enajenada como consecuencia de la imposibilidad o de las grandes dificultades que los individuos tienen para satisfacer sus necesidades de supervivencia, lo cual les impide percibir la dimensión histórica, así como la totalidad del campo de sus contradicciones y preocupaciones, puesto que se tiende generalmente a explicar los fenómenos e incluso su acción como sujetos ante ellos, de forma mágica y mítica y por tanto se carece de una visión crítica y de sistema.  

 Conciencia transitiva En este estadio el hombre comienza a descubrir problemas nuevos que no son los estrictamente vitales, haciéndose más abierto a cambios, nuevas actitudes y a perspectivas de mayor alcance, consiguiendo a su vez una visión más dinámica de su realidad más cercana y del mundo en general. Entiende la dimensión histórica como la respuesta humana a los desafíos del mundo. Poco a poco se va haciendo consciente de la necesidad del diálogo, como forma de comunicación humana, sin embargo el proceso para alcanzar un visión crítica y sistemática de la realidad capaz de motivar lo permanentemente hacia la acción y la reflexión, está sujeto a dos etapas 1,«conciencia transitiva ingenua» y 2.«conciencia transitiva crítica». 

  • La «conciencia transitiva ingenua» se caracteriza por la simplicidad en la interpretación de los problemas y por la tendencia a situar los tiempos mejores, siempre en el pasado. Valora la autoridad en todas sus manifestaciones, lo que conduce a comportamientos gregarios, por lo que perduran ciertas actitudes de la etapa anterior, especialmente el tipo de razonamiento mágico-mítico. La capacidad de argumentación es muy endeble y sus apreciaciones y actitudes están muy marcadas por la emotividad, lo que hace que prolifere la discusión más que el diálogo, lo cual puede derivar en sectarismo. 

  • En la «conciencia transitiva crítica», todas las explicaciones míticas se sustituye por la explicación causal perdiéndose la nostalgia por el pasado y centrando la existencia en el presente con visión prospectiva hacia el futuro, todo con una permanentes actitud de crítica y revisión. Este tipo de explicación más racional y pegada al presente, permite que el análisis de los problemas esté liberado de prejuicios exigiendo responsabilidades personales e individuales, sin transferir, delegar o exculpar las mismas. La autoridad por tanto se cuestiona y desmitifica y el diálogo queda incorporado como forma de comunicación y realización humanas, y como medio para la lectura crítica y comunitaria del mundo. 

Para Freire lo mínimo necesario, para que se dé el paso de la conciencia intransitiva a la transitiva ingenua, es que se modifiquen los esquemas económicos y vitales de las personas, como podría ser el paso de la vida rural a un tipo de vida urbano, la emigración, el aumento del nivel de vida, el desarrollo de las comunicaciones, etc. Con estas condiciones el cambio se hace visible sin necesidad del concurso de medios educativos que lo aceleren, puesto que las transformaciones operadas a nivel socio económico modificarían el tipo de relaciones que se mantienen con contexto social así como la percepción mágica e ingenua que se tenía de la realidad. Por el contrario, el paso a una conciencia crítica, no se produce de forma espontánea por el hecho de que cambien las condiciones materiales de existencia, sino que necesita de la intervención educativa y sólo a través de un proceso educativo crítico puede lograrse esta transformación. Pero además, estos cambios de conciencia no son exclusivamente el producto de la intervención educativa formal, no son cambios abstractos o de forma de percibir la realidad, son cambios concretos que afectan no solamente a la estructura cognitiva, sino sobre todo a la estructura emocional, poniendo en relación el conocimiento, con los sentimientos y con los valores, son por tanto cambios actitudinales que suceden en contacto con el mundo, operando sobre una situación local determinada y en un momento concreto de la Historia.  De esta primera necesidad se deriva la segunda, la de que el contenido programático se encuentra en la misma realidad que condiciona a los seres humanos. 

Este tipo de consultas son apoyados por terapias complementarias del tipo físico, emocionales, mentales y espirituales así como holísticos , generando una combinación perfecta y sutil generadora de cambio, generando le a la persona una calidad de vida.